Jáquelin era una pobre huérfana rescatada de las calles de Honduras, al menos eso le decía su madre. Despreciada y catracha por nacimiento, luchaba por abrirse paso en un mundo nica. La niñez de Jáquelin, vacía y sedienta de amor, consistía en trabajo duro, pobreza y abuso. Cuando pidió comprensión, sus ruegos cayeron en oídos sordos; enfrentó sola las penurias de la vida. En ocasiones se arrodilló junto a su cama y clamó a Dios en su desesperación. Pero no sabía si a Dios le importaba su existencia.

Sin embargo, Dios sí sabía de Jáquelin y el dolor que soportaba. También veía la rabia y amargura que la poseía. En su amor, Dios la llamó y puso influencias piadosas en su camino. Cuando Jáquelin se rindió, Dios la rescató de un pasado estropeado, sanó su corazón y puso luz y esperanza en su futuro.

El relato conmovedor de Jáquelin es una historia verdadera. Si bien se ha procurado una narración discreta, este libro no es para niños.